En los primeros años del servicio postal de Estados Unidos, existió una inusual práctica que permitía el envío de niños a través del correo, siempre y cuando no pesaran más de 5 kilogramos. Esta peculiaridad se debió a una interpretación literal de las normas del servicio postal y reflejaba una época en la que las regulaciones eran menos estrictas.
La historia se remonta a 1913, cuando algunos padres, en un intento de ahorrar dinero en transporte, enviaban a sus hijos como si fueran paquetes. Esta práctica generó atención mediática y se volvió bastante famosa, aunque se detuvo rápidamente debido a preocupaciones sobre la seguridad y el bienestar infantil.
Existen fotografías que documentan esta extraña parte de la historia postal, mostrando a niños “enviados” en cajas de correo, con etiquetas adheridas. Estas imágenes son un recordatorio curioso de cómo las normas y prácticas han cambiado a lo largo del tiempo, y han capturado la imaginación de las generaciones posteriores. La anécdota de los niños enviados por correo sigue siendo un tema fascinante en la historia cultural y postal de Estados Unidos.