A finales de la Segunda Guerra Mundial, Alfred Eisenstaedt capturó un icónico momento en Times Square, Nueva York, donde un soldado americano besa a una enfermera. Esta fotografía, tomada el 14 de agosto de 1945, día de la capitulación japonesa, fue publicada en la revista Life y se convirtió en un poderoso símbolo del fin de la guerra y la celebración que siguió a la victoria de las tropas aliadas sobre Japón.
Al igual que en el caso de “El beso en el ayuntamiento” de Robert Doisneau, muchas personas afirmaron ser los protagonistas de esta instantánea. Sin embargo, con el tiempo, Greta Friedman fue reconocida como la mujer en la fotografía, junto al soldado que la besa.
Esta imagen no solo representa un momento de alegría y liberación, sino que también se ha convertido en un símbolo perdurable de la Segunda Guerra Mundial, evocando emociones de esperanza y el anhelo de paz en un mundo que había estado marcado por años de conflicto. La fotografía sigue siendo un recordatorio de la resiliencia humana y la celebración de la vida en tiempos de dificultad.